1.- Las gotas no tienen forma de lágrima (redondas por abajo y
puntiagudas por arriba), como se suele pensar. Las gotas pequeñas son
casi esféricas, mientras que las mayores están achatadas. Su tamaño
oscila entre los 0,5 y los 6,35 mm, mientras que su velocidad de caída
varía entre los 8 y los 32 km/h, dependiendo de su volumen.
2.- ¿A qué huele la lluvia? Hay varias teorías sobre ello, pero dos son las que toman más fuerza para los meteorólogos..
Por un lado tenemos a los que defienden la postura de que el olor que percibimos es a “Ozono”.
Éste se produce a través de los relámpagos que caen antes de una
tormenta. El ozono es un gas de olor característico que aquellos que han
podido olerlo dicen que es el mismo que cuando hay tormentas y llueve
en verano. Lo que no han sabido explicar es si durante las tormentas de
invierno también se puede percibir este olor.
La otra teoría sobre que lo que olemos cuando huele a lluvia, no es lluvia en si sino “Humedad”,
ya que ésta es perceptible antes de que llueva. Pero cabe destacar que
la humedad no tiene un olor propio, sino que acentúa los olores de
aquello que le rodea.
Sea cual sea realmente el olor que percibimos, ozono o humedad, si cabe destacar que éste es característico y peculiar.
3.- Otra curiosidad es que te mojas menos caminando bajo la lluvia, que corriendo
siempre y cuando camines derecho y en un ángulo paralelo al de las
gotas que caen, esto se debe a que las gotas van a caerte la mayoría en
el mismo lugar, cabeza y hombros, en cambio si vas corriendo van a
caerte en todo el cuerpo.
4.- Cuando aparecen las burbujas, es por que desciende la presión
atmosférica. Al descender, los gases disueltos en el agua del charco
(CO2 principalmente) salen formando burbujas (algo parecido a cuando
ponemos agua en ebullición). Y si la presión atmosférica desciende, es
más fácil que siga lloviendo.
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