Para empezar, hay que comentar que el virus de la gripe tiene una membrana exterior compuesta por unas moléculas llamadas lípidos (grasas, aceites y colesterol) que lo recubre y protege. Pues bien, un equipo de científicos de Estados Unidos descubrió hace unos años algo verdaderamente sorprendente, a temperaturas ligeramente superiores al nivel de congelación este recubrimiento lípido se solidifica en un gel. Sin embargo, a medida que la temperatura va ascendiendo hasta acercarse a los 15'6 ºC, este recubrimiento se va derritiendo gradualmente hasta convertirse en una mezcla líquida espesa.
¿Pero qué quiere decir esto?
Pues que en un ambiente frío el virus de la gripe está cubierto con un material elástico y endurecido en modo de membrana que le protege y le permite pasar de una persona a otra. Una vez que se encuentra en el tracto respiratorio de la otra persona, se derrite por las temperaturas más altas en el interior, lo que permite que el virus infecte a las células, ya que sólo puede infectar cuando todo el recubrimiento ha sido derretido.
Por otra parte, esta membrana cuando se encuentra en estado líquido, no es lo suficientemente resistente para proteger al virus, por lo que si la capa se derrite cuando el virus se encuentra todavía en el exterior, el virus muere, lo que explica que la llegada de la primavera suela coincidir con el fin de la temporada de la gripe.
Para terminar, los síntomas de la gripe incluyen fiebre, tos, moqueo constante, dolor de garganta, dolor de cuerpo, dolor de cabeza, escalofríos y cansancio por lo que parece que hemos completado todo el proceso desde que salimos a la calle un frío día invernal hasta que nos encontramos en la cama tomando medicamentos para luchar contra los síntomas de la gripe.
En el caso del virus del resfriado común, ocurre el mismo comportamiento con su membrana por lo que podemos aplicar la misma explicación.
También existe otra gran verdad: al haber frío en el exterior, nuestro organismo tiende a reducir el flujo sanguíneo en las extremidades que "no importan tanto" y conserva la sangre caliente en los órganos vitales. Por eso se nos enfrían manos, pies y nariz, pues disminuye la cantidad de sangre bombeada a esa zona.
Que haya menos sangre en esa zona, significa también que la cantidad de glóbulos blancos que llegaban a la nariz ha disminuido, y eso sumado a que los cilios nasales no funcionan bien con el frío (esos pelitos microscópicos) hacen que el virus tenga muchas más posibilidades de prosperar.
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